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domingo, 8 de marzo de 2009

Ojo rnejeji Èsú

LAS DOS CARAS DEL MENSAJERO DIVINO ( Ojo rnejeji Èsú )



Hace mucho tiempo había dos olóko ( granjeros ) que crecieron juntos en una aldea ubicada cerca de igbó ( bosque ). Cuando eran niños vivían en el mismo recinto corpartiendo las comidas, juagando y aprendiendo la sabiduría de sus mayores. Cada uno llamaba al otro Arákùnrin ( hermano ).

Cuando los Arákùnrin alcazaron la edad de àkòkò ti okùnrin ( pubertad ), fueron llevados ante Ògún ( Espírito del Hierro ) para ikoláabeé ( circuncisión ) y ante Ifá para adivinación. Ifá dijo que vivirían todas sus vidas en granjas adyacentes. Ifá dijo que debido a que eran tan unidos, su abundancia dependería de la cooperación mutua. Ifá dijo a los Arákùnrin, que seria Èsú ( Mensajero Divino ) quien les enseñaría awo àjosepò ( el misterio de la cooperación ), awo igbó ( el misterio del bosque ), awo oko ( el misterio de la agricultura ) y awo ofò àse ( el misterio de la capacidad de comunicarse con los Òrìsà .

Ifá les advirtió que si no hacían regularmente ebo ( ofrendas a Èsú ) llegaría el día en que Èsú los separaría. Si ese día llegaba, vivirían sus vidas como enemigos y sufrirían la vejez en la pobreza.

Los dos jóvenes no podían imaginar el estar separados, no podían imaginar el ser enemigos, no podían imaginar el vivir su vejez en la pobreza. Ambos pensaron que Ifá se había equivocado acerca de su destino. No vieron ninguna razón para hacer ofrendas a Èsú. Descuidaronel altar de Èsú, el que estaba a la entrada de su aldea. Supusieron que su vida de felicidad nunca cambiaria.

Algunos años mas tarde los dos jóvenes se casaron y comenzaron a criar a sus familias. Juntos habían ido a igbó ( bosque ) y despejado un terreno para oko ( granja ). Ambos oko eran del mismo tamaño, en ambos oko crecían las mismas cosechas, y los hombres continuaron su amistad miestran trabajaban justos atendiendo la tierra. Uno de los jóvenes había aprendido de su padre las técnicas de arrancar la maleza y despejar las malas hiervas. El otro hombre había aprendido de su padre las técnicas para sacar la semilla y la mecánica del riego. Dependían uno del otro para asegurar que las cosechas de cada año proveyeran suficiente alimento para mantener a sus familias y que sobrara lo suficiente para comerciar en ojà ( mercado ).

Ambos oko estaban separados por un estrecho sendero que iba desde el río hasta la aldea. El sendero se usaba muy poco puesto que no había otros campos en la vecindad.

Amenudo los dos hombres trabajaban semanas y aun meses sin ver a nadie viajar por la carretera que dividía sus campos.

En el día en que Èsú desidió viajar por el sendero que corría en medio de los dos oko, Èsú recordó las palabras de Ifá. Èsú reconoció a los dos olóko ( granjeros ) como a los hombres que siempre por su altar a la entrada de la aldea sin hacer ebo ( ofrendas ) . Ambos jóvenes continuaban creyendo que eran hábiles en awo oko ( el misterio de la agricultura ). Entre ambos pensaban que tenían todo el ire ( buena fortuna ) que necesitaban para mantener la abundancia. La parecía plena para ambos.

Èsú se escondió entre los árboles y miró trabajar a los dos hombres. Cuando estaban inclinados sobre la tierra, Èsú retiró de su àpò gùn ( talego o bolsa ) efun ( tiza blanca ) e Ìrosùn ( polvo de madera roja ). Tomó ewe ( hoja amplia ) y mezcló el efun ( tiza blanca ) con omi tútù ( agua fresca ) , haciendo òdà fun ( haciendo pintura blanca ). Tomó otra ewe ( hoja amplia ) y mezcló el Ìrosùn ( polvo de madera roja ) con omi tútò ( agua fresca ) haciendo òdà pupa ( pintura roja ). Usando sus dedos Èsú se pinto el lado derecho de su cara pupa ( roja ) y el lado izquierdo de su cara fun ( blanco ).

Luego de colocar la òdà ( pintura ) que quedaba de nuevo en su àpò gùn ( talego o bolsa ) , Èsú camino por el sendero cantando Orò Èsú tó tó tó akoni, que significa:

¨La palabra del mensajero divino siempre es verdadera¨.

Al acercarse Èsú a los dos hombres que estaban trabajando sus granjas, ambos levantaron la cabeza para ver quien estaba cantando. Èsú estaba dirctamente entre ellos cuando levantaron sus cabezas. Usando el mismo gesto con cada mano, Èsú les llamo de nuevo la atención a la tierra. Cada olóko ( granjero ) sólo lo vio por un istante.

Luego de que Èsú se perdió de vista, el Arákùnrin ( hermano ) del lado dercho del camino dijo ¿ Quien era ese hombre extraño con ojú fun ( cara blanca )

Arákùnrin ( hermano ) del lado izquierdo del camino respondió ¿ Quieres decir el hombre extraño con ojú pupa ( cara roja ) ?.

Ambas preguntas fueron hechas inocentemente, pero la discución pronto condujo a un desacuerdo, el desacuerdo llevo a una discucion y la discucion llevo a una pelea. Antes de que el asunto pudiera ser resuelto, los olóko ( granjeros ) estaban rodando por el suelo arrancando sus cosechas y destruyendo los boniatos maduros.

El daño hecho a la granja causó escasez de comida , no quedaron suficientes boniatos para alimentar a sus familias , no había ningún sobrante para llevar a ojá ( mercado )

Cada uno de los jóvenes quedo tan enojado por lo que había ocurrido que nunca más se hablaron

Desde ese día, quienes alaban a Èsú siempre dicen :


¨Èsú ma se mi o ¨

que significa:

¨Mensajero Divino no me confundas

echulona@hotmail.com

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